¡La amabilidad cambia vidas!
John es un hombre común con una vocación extraordinaria. Cada día, lleva un bolsillo lleno de boletos, no boletos de lotería, sino invitaciones. Estos boletos no son solo papel; son símbolos de conexión humana, de amabilidad, de esperanza. Y dondequiera que vaya John, Buddy, los recuerdos de su leal labrador chocolate le siguen de cerca.
Buddy no era solo un perro; era un imán para la alegría. Su cola que se movía y sus cálidos ojos marrones podían alegrar incluso el día más sombrío. Juntos, John y Buddy formaron un equipo único, uno enfocado en difundir la amabilidad y la fe de la manera más sencilla. Muchos años después, la pareja ahora se ha ganado un apodo entre nuestra familia Brightmoor: “La Brigada Buddy.”
El enfoque de John tiene sus raíces en la serie de sermones de nuestros Pastores Principales “Volver a lo Básico” de 2020. La enseñanza le recordó que el acto de bondad más poderoso no es complicado ni llamativo; es simple, humano y sincero. Proverbios 14:21 es la piedra angular de su misión: “El que desprecia a su prójimo peca, pero el que se apiada de los pobres es feliz.”
Entonces, John sale a las calles, parques y tiendas todos los días con una misión: alegrar la vida de alguien. John hace contacto visual con cada persona que conoce. Sonríe, saluda y usa su nombre si puede. Para John, la tecnología palidece en comparación con el toque humano. Él cree que la amabilidad tiene un poder propio: un poder para sanar, inspirar e incluso acercar a las personas a Cristo.
¿Y Buddy? Buddy es el rompehielos, el puente que convierte a extraños en amigos. Al principio, John se enfoca en las personas que lo rodean: cajeros, vecinos, incluso transeúntes que encuentra durante sus caminatas matutinas. Con cada interacción, entrega boletos para eventos de la iglesia. “Ven y únete a nosotros”, dice, con una sonrisa sincera e invitante. Los boletos no son solo para eventos; son una puerta de entrada a la comunidad y la fe. Con el tiempo, estas interacciones se han multiplicado. La gente ha pedido boletos para sus amigos y familiares, y la Brigada Buddy sigue creciendo.
Lo que motivó a John no es solo la alegría de la conexión, aunque eso es parte de ello. Su inspiración es Jesús mismo. “Dondequiera que Jesús iba, hacía el bien”, dice a menudo John: “Él entendió la importancia de la amabilidad, especialmente para los oprimidos y los no salvos. La amabilidad abre los corazones de maneras que nada más puede hacerlo.”
Las palabras de Martín Lutero resuenan en la mente de John: “Es deber de todo cristiano ser Cristo para su prójimo.” John se ve a sí mismo como el embajador de Cristo, guiado por la más simple de las herramientas: el toque humano de la amabilidad. Y cree de todo corazón que Buddy era parte del plan de Dios.
Los recuerdos de Buddy y la sencillez de John han traído sonrisas y han presentado a innumerables personas la belleza de nuestra familia Brightmoor.
A través del ejemplo de John, la Brigada Buddy es ahora más que un esfuerzo; se ha convertido en un movimiento. Y mientras el mundo continúa volviéndose más complejo, la historia de John y Buddy les recuerda a todos una verdad simple y atemporal: la amabilidad cambia vidas.
-La historia de John y Buddy